Hacia una nueva movilidad
Artículo de opinión de Moisés Camarero, Director General Grupo Compusof, en el que argumenta que se impone la gestión y el aprendizaje en remoto.
Drásticamente. Así ha cambiado la forma de trabajar de los profesionales desde el comienzo del estado de alarma sanitaria. La transformación digital que antes estaba planeada para realizarse a medio plazo, ha llegado de la noche a la mañana. Y es que la tecnología ha demostrado ser la herramienta esencial de la educación y los negocios que ayuda, incluso en momentos de cambio críticos, a adaptar las infraestructuras a las necesidades reales.
Por eso, porque las cosas han cambiado, el trabajo en remoto ha impuesto un modelo de gestión basado en la movilidad y la nube, para poder seguir trabajando desde fuera del entorno de la oficina. Los portátiles han experimentado un incremento en las ventas considerable como así lo afirma en sus últimos informes GfK, así como las tablets y los smartphones, cuya facturación creció en el mes de mayo con respecto al año anterior casi un 2%. Estos datos indican que lo que avanzábamos hace tiempo es hoy una realidad. La movilidad, sus dispositivos y las aplicaciones de seguridad son una necesidad para la era postcovid.
Más que nunca se impone la gestión y el aprendizaje en remoto, para lo que hay que adaptar los requerimientos a cada necesidad según la tipología de cada empresa. También IDC lo exponía recientemente indicando que las empresas tienen la posibilidad de convertir la crisis de la Covid19 en una oportunidad de negocio, siempre y cuando sepan acelerar la aplicación de nuevas estrategias de transformación digital que impulsen conductas permanentes en el consumo y la entrega de productos y servicios informáticos. La actualidad hace que debamos apoyar a las empresas en la búsqueda de puntos de avance e innovación empresarial, y la movilidad se postula como uno de los modelos clave en este desarrollo.
Las grandes compañías ya apuestan por estos modelos y en sus eventos mundiales, ahora digitales, señalan la necesidad de un cambio radical, pues la tecnología ha demostrado ser la herramienta fundamental para el desarrollo de la sociedad. Los tiempos han cambiado a una velocidad de vértigo y la innovación ya no es un requerimiento que aporta valor añadido, sino el cauce principal para adaptarse a los nuevos paradigmas.
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